Ya tengo 6 meses
Había oído ladrar a otros perros, cuando voy por la calle o cuando estoy por los jardines haciendo mis cosas, [que luego Congo, Senia y Aldabra recogen en una bolsa y la tiran a la basura, como debe ser, que mira que hay mucho guarrillo suelto… ]¡Uy, que me estoy desviando del tema! Empiezo otra vez.
Había oído que a veces, a los perros, además de por nuestros nombres verdaderos, nos llamaban de otra manera. En principio no me lo creí porque hay mucha habladuría sin fundamento, mucha leyenda urbana, pero el otro día…
¡Ay, el otro día! El otro día oí que mirando para mí, decía Senia: Ronete, Ronete…
Yo mitraba para un lado, y miraba para otro porque pensé que se me escapaba algo, hasta que se acercó a mí y acariciándome la oreja: continuó con Ronete, Ronete…
Y ahí no quedó la cosa.
Otro día más oigo a Aldabra diciendo, también mirando para mí: Ronciño, Ronciño…
¡Qué arcadas! Hasta ella se asustó un poco pensando que iba a vomitar. Lo vi en su cara.
Ya por último, por si todo lo anterior fuera poco, Congo no para de decir: Gordo, Gordo, ¿qué pasa Gordo?
Es que no entiendo a estos humanos.
¿Gordo? ¿Gordo yo?
¿Pero de qué van?
Me despido con otro montaje que me hizo Chus, del blog "De colores".
¡Hasta la próxima amigos!